domingo, 25 de septiembre de 2011

Igual de Tonta aunque puede que un poco más sabia

Comprobando una vez más que mi instinto no se equivoca. 
Aunque me duela en el alma lo que me dice, aunque no quiera reconocer la evidencia, aunque yo prefiera mirar para otro lado y pretenda no ver. 

Tranquilo, permanece ahí, repitiéndome una y otra vez, suave y bajito, lo que no quiero oir, diciéndome lo que debería hacer y no hago. Esperando su momento, ese instante en el recibo lo que no quiero recibir y escucho lo que no quiero escuchar y debo reconocerme a mí misma que ya lo sabía. 
No hay rencor ni un 'ya te lo dije', sólo la calma que aporta la falta de sorpresa. La seguridad de la certeza predicha.

También sigo aprendiendo que soy yo quien elige qué conforma mi realidad. Es mi vida y aquí decido yo. 

Ante un hecho que sin duda me ha resultado doloroso (más por no seguir mi intuición y largarme pies en polvorosa cuando empezaron a sonar las alarmas en mi cabeza y en mis tripas, que por otra cosa) podría abandonarme a lo aparentemente fácil, sentirme engañada y traicionada, sucumbir al reproche victimista, eludir mi responsabilidad en los hechos acaecidos, caer en la desconfianza hacia los demás y construir barreras que me separen de mi sensibilidad para que todo duela menos y que me aislen de todo aquello que potencialemente me pueda hacer daño... 
Podría abandonarme a lo aparentemente fácil y no aprender nada.

Y, aunque sí debo decir que mi corazoncillo anda un poco más precavido últimamente y mi inocencia es un poco menos inocente y menos espontánea, no cambiaré quien quiero ser. 
Seguiré eligiendo. 
Eligiendo quedarme con lo bueno, quedarme con la posibilidad aprendida, con la esperanza de lo bien vivido. Conociéndome un poco mejor y sabiendo mucho más qué es lo que quiero y cómo quiero vivir, y viendo la posibilidad de volverlo a tener algún día, esta vez de verdad y sólo para y por mí. 

No será lo mismo ni será igual, pero será lo que quiero y será mío. Y será real.



domingo, 11 de septiembre de 2011

En Perú, hace algo más de un mes


Estando en Perú me planteo las innecesidades con las que vivo. La superficialidad de muchas de las cosas que tengo y que hago. Me planteo mi propia vanidad y mi presumidez, consciente de que en casa pasan bastante desapercibidas, pero aquí, sacadas de contexto, se vuelven perceptibles y me parecen grandes, vacías y sin sentido.

Empiezo a darme cuenta del peso que tiene la gente en mi viaje y llego a la conclusión de que mi viaje, al igual que mi vida, no trata de sitios, lugares y cosas, trata de personas. De las personas con las que comparto mis experiencias, las personas que forman parte intrínseca de las mismas y las personas que rodean, como actores secundarios, esos hechos. 

Esta conciencia va a marcar bastante mi viaje.









Débil

El otro día, mientras bajaba por la carretera de la muerte, pensé en ti. No sé muy bien por qué, pero ahí estaba yo contándote mentalmente, mientras sorteaba, aburrida ya, baches infinitos, piedras constantes y grava y arena resbaladiza con una bici chusca, que empiezo a estar cansada de tener la sensación de no estar a la altura de las circunstancias... 

Parece ser que últimamente me meto en fregaos para los que no estoy del todo preparada.  Y de todo aprendo pero cada vez me duele y cada vez me pregunto qué demonios hago yo ahí... algunas veces tengo claro el objetivo, pero otras veces no. Lo de tener un objetivo ayuda a mantener la dirección y la inercia, como un vector, pero yo soy mujer de camino y sufrirlo es algo que empieza a no compensarme.

Estoy cansada de ser siempre la última, la más lenta, la que menos puede. Y llegar llego igual que los demás, pero siempre más tarde. Siempre la última. A mí siempre me cuesta más. A veces también es que me esfuerzo menos de lo que podría, pero realmente tengo la sensación de que, aunque me esforzase al máximo, seguiría sin estar a la altura. Supongo que consciente de ello, elijo bajar el ritmo y disfrutar un poco más del camino.

Ser la última no es fácil. Creo que no sólo supone el esfuerzo físico de hacer algo para lo que no estás preparado, sino que supone el esfuerzo mental y emocional considerable de sentir que no llegas donde los demás sí llegan, de enfrentarte a la derrota, una derrota expectante de tu fracaso, que se mantiene en el tiempo, de saber que no eres lo suficientemente bueno y aún así, seguir ahí, dándolo todo, de tener absolutamente presentes tus limitaciones y decirte  'va pequeña, un paso más' y darlo, más allá de lo que creías posible. Luego aprendes que tus limitaciones reales están más allá de lo que crees, pero aún así la lucha es constante. Por suerte estos duros pasos parecen acumularse a tu 'carnet de limitación' y cuentan para la siguiente vez. 

Aunque no sé si los siguientes 'retos' que voy aceptando son cada vez mayores, pero yo me sigo sintiendo igual de pequeña y débil.

Ser el último no tiene más ventaja que el hecho de ir sola, sin interferencias, a mi aire, y eso a mí me gusta. En realidad, al ir la última e ir sola, me puedo parar cuando quiero y contemplar el paisaje, pero no lo hago. Pienso en que lo podría hacer mientras no lo hago. Sentir que retrasas al grupo no mola. Es como si tuvieses una responsabilidad y una obligación con respecto a ellos. Sentir que te esperan todo el rato presiona y cuando por fin llegas, se ponen en marcha y todos han descansado y tú con menos fuerzas con los demás, habiendo hecho un esfuerzo mayor por no tardar tanto, te encuentras con que no puedes descansar, o no el rato suficiente. O  sea, que encima de cornudo, apaleado.

Ya sé que ante esta situación no tengo muchas alternativas, que es adaptarse o morir. O entreno o evito esas situaciones. O evito hacerlas en grupo y me compro un guía sólo para mí!


Cada vez encuentro más paralelismos entre este viaje y mi vida. Es como si lo que ahora vivo y a lo que me enfrento físicamente ya lo hubiese vivido emocionalmente antes. Es bastante curioso.

domingo, 4 de septiembre de 2011

La Paz


Hoy es el Día del Peatón y Bolivia se ha levantado con la prohibición de circular. Hoy estamos obligadas a estar paradas, obligadas a tragar con las circunstancias. A esperar pacientes a que esto pase, como si fuese un mal temporal.

La Paz sin coches se siente rara, sola y vacía, como si le faltase algo importante, algo esencial. Está como siempre sólo que extrañamente silenciosa, reconcentrada, como si su ruidosa sangre no pasase por sus venas. Su corazón sólo bombea a medias y le falta la respiración. Se siente algo más desvencijada y gastada. Desganada, hurtada y echando de menos su ritmo ya acostumbrado.

Hay gente paseando, aunque tampoco mucha y los niños juegan en la calle. Se han organizado actividades para que los niños aprendan educación víal. Las paradas varias de snacks y fruta y ropa se han expandido respecto a su abarrotada situación habitual tomando parte del asfalto.

Yo necesito que no sea aquí. Necesito que no sea ahora.


viernes, 1 de julio de 2011

Inconclusa

Será que estoy muy cansada.
Serán las hormonas premenstruales que vuelven frágil mi pulso y débil mi risa.
Será la impaciencia y tal vez un poco el miedo.
Será que ahora mismo me veo sola, triste, oscura y pequeña.
O será la fiebre de la vacuna del tétanus que me han puesto esta mañana y que no me baja.
Pero no quiero terminar las cosas así. No quiero flecos ni inacabados. No quiero tus puñales, ni los míos. No quiero no saber qué decir cuando me pregunten por ti. No quiero que haya tu versión y la mía.

Pienso y siento todo lo que te dije. Me duele que sea así, pero es la verdad.
Mis palabras no nacieron de un arrebato.

Sé que te echo en cara que tus actos no acompañen a tus palabras y que si ahora te escribo, soy la primera en no ser coherente consigo misma.  
Sé que estoy siendo blanda y que no me conviene.
Que me dije que nunca más. Nunca más sumisa. Nunca más detrás. Que perdí el mundo por alguien como tú y me costo la vida. Que cedí una sola vez y lo entregué todo con ello.
Que me he prometido no decirte nada más, que si quieres perder el tiempo conmigo, que sea tu propia decisión.

También creo que tú no harás nada.
Nada por que deje de estar equivocada. Nada para que vea tu visión. Nada que me retorne a la ignorancia y que borre todo esto que creo saber de ti.
Sé que te olvidarás de mí antes de encontrar un momento para darme.
Me pregunto si piensas en mí en algún momento.
Ya sé que tienes cosas más importantes que hacer y mejores personas con las que estar.
De hecho, yo también.

Y siento devolver mi presencia a la tuya, pero no quiero que esto termine así.
Uno de los dos tiene que bajarse de este burro que no nos lleva a ninguna parte.
Hasta puede que vaya yo sola en ese burro.

No quiero ser ese tipo de persona.
Con las cosas a medias. Mal acabadas. Inconclusas y astilladas. Guardando posos inútiles como pelusas gordas que no dejan avanzar.
No puedo, no me sale.
Me cuesta callarme cuando quiero saber y no me dicen.
No comprendo el silencio. No me doy por aludida.
No sé seguir estrategias ni planes, hago oídos sordos a los sabios consejos de quien me quiere y sólo sigo a aquello que siento, ya sabes.


Mi propia incoherencia me sulfura.
Escribirte me hace sentir sumisa y rabiosa.
Sigo pensando que no me has tratado bien.
Y creo que te sentirás victorioso viendo como el orgullo se me atraganta casi hasta la asfixia mientras me lo trago, doliente y prometedor de una digestión difícil.
Pero no quiero que las cosas terminen así.

Quiero sonreír cuando algo me recuerde a ti.


sábado, 11 de junio de 2011

Buenas noches

Buenas noches mi niño lejano.
Un día de estos te llamaré y te contaré que ya no te quiero.
Te contaré que me has gastado. Que no me has querido y me he marchado. 
Que me has perdido el interés.
Que si quieres de mí, tendrás que buscarme. Que mi almita ya no está por ti. Que mis tripas ya no te sienten. Que tu olor ya no me llega. Ni tu voz. Ni tu risa vacía. Que mi profundidad ya no te trasciende. Ya no te concierne.

Así que buenas noches.









miércoles, 18 de mayo de 2011

Cortos de cine


Hoy he ido al cine a ver unos cortos. Dos de ellos para ser más precisos.
He intentado no ir sola, pero no lo he logrado. No tengo demasiado poder convocatoria (si no me ayuda Pol).
Me daba un poco de pereza ir sin nadie con quien comentar la jugada, pero como empiezo a estar cansada de no hacer cosas que quiero hacer sólo porque no encuentro quien me acompañe a ver pelis raras o exposiciones raras, pues he decidido hacerlas sola y comentarlas mentalmente y luego largaros el rollo en el blog :-D
El caso es que he ido por mi cuenta.


He llegado 10 minutos antes de la hora de inicio anunciada y estaba todo el mundo fuera del cine. El público me ha parecido extrañamente variopinto.

Dado el carácter del tema (el tema de los cortos/cine de autor parece ir siempre rodeado de cierto aire de ‘moderno gafapasta de tejanos ajustados y camisa de cuadros sobre camiseta blanca’) esperaba que hubiese una docena de hippsters como mucho, ellos con sus bigotillos sin barba y ellas... también, pero con jersey de abuelita y sin sujetador. 

En lugar de eso me he encontrado con gentes de edades muy variadas. Eran familias enteras. Había padres, abuelos, jóvenes, niños, algún moderno de esos, alguna moderna de esas, no sé, de todo un poco. Y yo.
Y además parecían conocerse todos. El ambiente era más el de las familias cuando se encuentran esperando al autobús que les trae a los niños después de las colonias de verano, con ese reconocerse de otras veces y esa expectación e ilusión por ver a sus hijos, que el ambiente de ir al cine a ver una modernez.

He observado un poco y pensado otro poco y he llegado a la conclusión que serían las familias, amigos y demás allegados de los directores, productores y actores de las pelis en cuestión.

Como en cualquier evento de este tipo, siempre hay alguien que sobresale, o que al menos lo intenta. En este caso era un chico de unos veintitantos, que saludaba con una efusión peculiar a mucha gente, su tono de voz era un poco más alto que el de los demás y he pensado que sería uno de los directores, ebrio de un protagonismo ansiado y nuevo.


La entrada libre en este país siempre es un momento complicado, pudiendo llegar a ser crítico, en el que nos debatimos entre la educación, el que pensarán y el ansia por llegar primeros a coger sitio...
En los otros países no sé como debe ir este tema, pero desde que vi a un grupo de nórdicos haciendo cola para cruzar la Gran Vía ordenadamente al ponerse verde el semáforo, ya me creo cualquier cosa!


Estar en esa sala era como estar presente en una gran reunión familiar de una familia que no es la tuya.

También me ha recordado cuando voy a ver cosas de danza, pero sin tanto esnobismo (que ya es decir), ni tanta pose, con más naturalidad y muuucho mejor rollo. Y mejor proporción entre hombres y mujeres, y ahora que lo pienso, me ha parecido que la media de la altura era más bien baja, especialmente en ellos... igual que en la Feria de Abril... no sé, será que el cine y la farándula es cosa de jóvenes bajitos.  

La sala se ha llenado. Finalmente han apagado la luz y la gente se ha callado.

Los cortos:
Mi pequeño ello:
El título me ha sonado a Coixet.
Sólo empezar la película, me ha venido a la cabeza la Yocasta de Martha Graham y esas películas antiguas, casi mudas, con aire de experimentales para la época (y para ahora aún más), sobre tragedias super trágicas que escribían los griegos antiguos... Pues eso es lo que fue.

Tu mateix:
Es una peli sincera, clara y sencilla, desnuda, sensible, muy real y, sobre todo, muy humana. La he encontrado muy interesante. Me ha gustado estética y emocionalmente. La recomiendo a cualquiera que tenga un poco de sensibilidad e interés por el comportamiento y por las relaciones humanas, en este caso familiares.
Me ha recordado a Blog, pero en profunda. 



Notas:
Creo haber sido la única persona que ha asistido a este pase de los cortos voluntariamente y sin tener vinculación alguna con los mismos.



La Yocasta de la Graham:

Los Hippsters:
http://bit.ly/k7C3OK


Mi pequeño ello:






jueves, 28 de abril de 2011

Cosas con las que me río sola

Cosas que me hacen reírme sola durante un buen rato, con alta probabilidad de réplicas espontáneas:


-      Cantar sola el ‘Amante bandido’ del Bosé.  Hasta lo bailo. Me troncho con la letra! 

-      Asustar a las palomas que se posan en mi alféizar levantando de sopetón las cortinas y gritándoles ‘uuuuhhhh!’.

-      Los slogans freakis que ponen en las cajas de la pasta dentífrica, tales como:
“Fantástico sabor tradicional”
“Frescor avanzado”
"Protección completa durante 12 horas”


Lo más gracioso es que voy riéndome sola por el súper... procuro ser discreta pero es que se me escapa!! :-D   






lunes, 18 de abril de 2011

Huevo

Para que veáis que soy como soy con todo y no sólo con las personas, hoy, después de dos episodios bastante dolorosos de intolerancia al huevo la semana pasada, he decidido comerme un huevo frito (entre otras cosas) para cenar.

Efectivamente, sigo sin aprender.  
Así soy yo:  Huevo à Dolor . Huevo à Dolor . Huevo à A ver qué pasa…

Dicen que es de tontos esperar resultados diferentes si sigues haciendo lo mismo, pero eso ya lo hemos hablado y estamos todos de acuerdo en que soy tonta, que me gusta y que soy como soy con todas sus consecuencias… jajaja!

Si me sale bien, me iré a la cama contenta y satisfecha de mí misma y de haber podido disfrutar del huevo sin consecuencias negativas.
Si me sale mal, dormiré poco y mal. Tampoco es grave…
En cualquiera de los dos casos, habré disfrutado del huevo  :-P

Así que, a pesar de los riesgos, siempre vale la pena intentarlo!


miércoles, 13 de abril de 2011

Pasión


Hoy me he levantado con un nudo en la garganta. Un nudo que sigue ahí.


Mi cuerpo lleva días intentado decirme algo que escucho pero que no entiendo. Creía que era un malestar propio de estar enamorada y por querer estar con alguien para quien sólo soy un entretenimiento pasajero. Pero creo que, una vez más, él no es una causa, sino un síntoma.

Siempre soy yo. Mi vida gira entorno a mí por más que me resista a reconocerlo. Mi ser es mucho más inteligente que yo y siempre me dice la verdad. A veces mi yo cree que lo que mi ser le intenta comunicar es sobre mi exterior, sobre las cosas que me pasan y las personas que me afectan, pero no. Nunca. Siempre se trata de mí.

Vuelvo a estar ahí. En ese punto extraño donde nada parece tener demasiado sentido. Nada está en su sitio, nada encaja bien.
Es uno de esos días en los que me levanto y pienso: ‘¿Qué coño estoy haciendo? ¿Qué diablos me pasa?’ (es que en estas situaciones me enfado un poco y a veces cuando me enfado digo tacos. A veces también digo tacos sin estar enfadada…).  
Es uno de esos días en los que mi ser, harto de que mi yo no se acabe de enterar e interprete las cosas como no son, toma el mando de mis huesitos y me obliga a darme cuenta, a ser consciente de verdad, a abrir el corazón, los ojos y las tripas, me obliga a ver, a respirarme y a olerme, y a sentir quien soy y a sentir que no estoy dónde debo. 
Jode. 


Tengo la sensación de haberme dejado llevar por las circunstancias otra vez y otra vez encontrarme en un sitio que no es el que me corresponde.
Llevo meses necesitando huir, irme a vivir a otro lugar, no estar, necesitando estar sola unos días para poder escucharme y entenderme, pero siempre dejo que el día a día me ate y me agrise.
Llevo meses sabiendo que algo se cuece ahí dentro, a la expectativa, esperando algo sin tener ni idea de qué. Llevo meses bastante perdida y desubicada.

Siento que a mi vida le falta pasión. Mi pasión, para ser precisos. Nunca me lo había planteado. No sé por qué pero es una palabra muy poco presente en mi divagar y ahora me percato de que siempre ha estado ahí, saludándome con la mano desde la puerta, y que yo siempre la he ignorado. Creo que hasta evitado. No lo entiendo. Tal vez no estaba preparada para ver. Tal vez no quería estarlo.
Ahora veo que siempre la he necesitado y siempre la he echado de menos, y que siempre la he buscado inconscientemente pero siempre me he despistado por el camino con otras cosas. Cosas que han nutrido a mi yo pero no han nutrido a mi ser.

Pero no quiero encontrar esa pasión a través de otra persona y depender de ella para estar bien y entera. Tengo que ser yo. Sola. Este es mi aprendizaje. Quiero poder tener acceso a mi propia pasión, que no sé dónde está, pero que la siento aquí dentro y que no sé como desencallar y sacar. Quiero encontrarla y atenderla como se merece, después de años de ignorancia.

Sé que está todo dentro de mí, que da igual dónde se encuentre mi cuerpo geográficamente, que mi ser y mi yo son bastante inseparables, pero creo que necesito un cambio externo como catalizador del cambio real, que no veo cómo afrontar en las misma circunstancias de siempre. Necesito salir de esta piscina y romper con la inercia en la que nado.


Ahora entiendo a los que me ven. A los que me miran y ven lo que hay más allá de mi delgadez, de mi sonrisa o de mis palabras. Aquellos que casi sin conocerme o conociéndome bien, me miran y me dicen: ‘sácalo niña’ y yo pienso ¿sacar el qué? Coño, el qué! Pero si es como un monstruo enorme metido en una niña pequeña y flaca! ¿Cómo he podido no verlo?

Bueno, ahora ya lo tenemos aquí. Ya no podemos ignorarlo. Sólo falta ver por dónde nos sale.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Tonta 2

Esta es mi respuesta a la pregunta de Xavi en su comentario a la entrada de ‘Tonta’ en el que me pregunta qué he aprendido…


Pues creo que no he aprendido nada.
La verdad es que sigo cometiendo los mismos errores y las mismas imprudencias y sigo dejándome llevar por mis instintos (que sigo pensando que no se equivocan, pero siempre acabo como acabo) y sigo sorprendiéndome y teniendo ilusión por estar con la gente que me gusta, y sigo siendo apartada por la gente a la que quiero tener cerca.
Definitivamente no he aprendido nada.
Sigo dándolo todo.
Y sigo esperando. Esperando en el tiempo y en la esperanza.
Y aunque sé que va me a doler y que voy a llorar y me voy a enfadar por ser tonta, lo seguiré siendo, porque es quien soy. Soy tonta.
Quiero seguir dándolo todo aunque me duela.
Quiero seguir ilusionándome aunque me rompan un poquito cada vez.
Y quiero seguir esperando lo mejor de los demás, aunque su ‘mejor’ sea silencio.



lunes, 28 de febrero de 2011

Tonta

No, si yo soy tonta, y me voy a dormir tarde, aguantando despierta como puedo, esperando a que me respondas. Algo, cualquier cosa que me haga saber que has leído lo que te escribí. Porque no puedo esperar a mañana. Porque me despertaré a media noche y pensaré: “¿me habrá contestado ya?  Y me diré a mí misma: “niña, duérmete ya, que mañana estarás hecha una zombie, que vale que están de moda pero no sirven pá ná!”
Y soy aún más tonta, que me levanto y lo primero que hago es encender el ordenador a ver si tengo algún mensaje tuyo. Así, sin desayunar, sin haberme duchado, sin siquiera haber ido a hacer pis.
Pero no. No contestas, no respondes. Aquí ya no hay nadie más.



sábado, 26 de febrero de 2011

Cola!

Llevaba yo tiempo sin bajar al centro, pero ayer bajé. La cosa sigue como siempre, pero vi algo que me sorprendió. 


En la esquina de Gran Vía con Rambla Catalunya hay un restaurante de esos grandes medio moderno medio que no, medio para guiris medio para los de aquí, y ahí mismo en la esquina había una cola de unos 40 guiris bien vestidos con pinta de ser del norte de Europa (por la altura y la rubiez). Estaban organizados en parejas o casi tríos, unos detrás de otros, muy bien colocaditos, como sólo los nórdicos saben hacer... Hablando entre ellos con toda la naturalidad del mundo. ¡Es que les sale de dentro!


El caso es que en ese momento este guión se sucedió en mi cabeza:
Yo: ¡¡Mira!! Están haciendo cola para cruzar!  :-D
Yo: Pero cómo van a estar haciendo cola para cruzar en un semáforo?!?!? 
Yo: Míralos! Fíjate, no están 'enfocados' hacía el restaurante... miran al paso de cebra...
Yo: Yaaaa, pero sería absurdo, no?
Yo: Tú misma, ya verás...


Todo esto en un segundo, pienso muy rápido.


Así que ante la duda, decidí no cruzar en rojo a pesar de que no pasaban coches y esperar, un poco alejada de ellos por tener una mejor perspectiva, a que el semáforo de los peatones se pusiera en verde... a ver como reaccionaba la cola humana...


¡¡Efectivamente!! El semáforo se puso verde y la cola, cual organismo vivo, se puso en marcha la mar de diligentemente, y en ese magnífico orden prosiguió su marcha.
Yo me dí la razón a mí misma y seguí con mi camino.



miércoles, 16 de febrero de 2011

Escribiéndole al aire

Es muy romántico esto de escribirle a nadie, de que tus pensamientos y reflexiones queden suspendidos, etéreos, en el gran espacio virtual de la red… hasta lo visualizo. ¡Qué paz rezuman!

Pero el aire no da feedback.

El tema este de escribirle al aire no sé si me empieza a parecer poético o patético.
Yo que empecé un blog en un ánimo pseudo-vanidoso de darme a conocer al mundo y que las gentes de por ahí vieran lo interesantísima que soy… y va y no me sigue nadie.
Tal vez tenga algún lector secreto, que cual admirador secreto me lee bajito y sin decir nada, sin hacer ningún ruido, como mis propias reflexiones en la www, sin dejar rastro ni huella alguna… que monos… tan discretos…

¡¡MANIFESTAAAAAOOS!!




¿Nadie? Pues vaya…
Anda, vámonos aire, tú y yo a lo nuestro.







viernes, 11 de febrero de 2011

Es lo que tiene ser yo

Y aquí estoy yo, con una llave inglesa sobre la mesa porque quiero arreglar un grifo que me gotea desde hace días, sin tener muy claro por qué empiezo un blog... si tampoco tengo nada que decir... no soy una persona especialmente interesante... de hecho no soy especialmente nada: ni especialmente guapa, ni especialmente alta, ni especialmente bajita, ni especialmente inteligente, ni especialmente lista, y tampoco soy tonta, no soy especialmente ordenada... tampoco hay nada que se me dé especialmente bien, no tengo ningún don... aunque me gustaría tener algún súper poder... 
No sé... lo único especialmente que sí soy es delgada, mucho, eso sí lo tengo!
A parte de eso y una considerable facilidad para la dispersión y la distracción, poca cosa más hay que saber de mí.
No puedo prometer continuidad, ni regularidad, ni que mis posts sean mínimamente interesantes... (para vosotros, para mí sí que lo serán claro!).
Pues nada, dicho esto, bienvenidos!
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